7 de mayo de 2008

¡DECRÉPITA EUROPA!

Europa se muere. No por vieja, sino con la decrepitud propia del ensimismado. Europa se muere ahogada en su propia opulencia. El que mucho posee, mucho tiene que guardar, mucho que asegurar... y muralla tras muralla se queda sola y vieja en el centro de su nada. Europa reduce cada vez más o por lo menos no aumenta, sus ya de por sí escuálidos dineros para ayuda al desarrollo y a cambio no deja de aumentar los de seguridad y defensa. Ahora, con un nuevo decretazo, esa autroproclamada elite de gobernantes europeos, le ensarta un profiláctico al magullado "rostro del otro" tal vez buscando que no se le reconozca ni tan siquiera como humano, sino más bien como un delincuente virtual. A todo esto, nuestro más que pusilánime gobierno, utilizando las fláccidas virtudes del probabilismo dice una cosa aquí y otra distinta allá. Y en este caso más que en ninguno creo necesario un aguerrido grito de profeta: ¡Oh decrépita Europa!

¿EL TIEMPO...?

SI NADIE ME LO PREGUNTA, LO SÉ; PERO SI QUIERO EXPLICÁRSELO AL QUE ME LO PREGUNTA, NO LO SÉ. Confesiones XI,14,17