13 de octubre de 2011

ELOGIO DEL DIÁLOGO

No corren buenos tiempos para eso que siempre hemos llamado diálogo. Sin embargo, he aquí que yo ando enamorado de esta antigualla para ilusos.Aquí cada uno se encastilla en su previa posición  y alarga con empecinado tesón las murallas de sus convicciones. Amantes de la claridad al modo cartesiano, de las certezas de salón da amigos, nos olvidamos que la VERDAD nos transciende a todos y que todos hemos de buscarla de igual modo.
La VERDAD transita siempre por el rostro y el corazón del otro. ¡Ay! qué minúsculo terruño el de las certezas de partido. Sólo la VERDAD propicia de hecho espacios amplios y comunes que habitar. Sólo el diálogo y el encuentro la hace cuerpo, perfil visible, trayectoria. 

¿EL TIEMPO...?

SI NADIE ME LO PREGUNTA, LO SÉ; PERO SI QUIERO EXPLICÁRSELO AL QUE ME LO PREGUNTA, NO LO SÉ. Confesiones XI,14,17