21 de noviembre de 2009

ALA DE COLIBRÍ. El perfil de un sueño, como programa político.

Cuando Silvio canta ha de callar "el coro de los grillos". Me apunto a este partido. Ya sé a quién votaré las próximas elecciones.
Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.
Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.
Por una calle descascarada
por una mano bien apretada.
Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.
Por el levante, por el poniente,
por el deseo, por la simiente.
Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.
Ala de colibrí, liviana y pura. Ala de colibrí para la cura.

16 de noviembre de 2009

POBRE HOMENAJE A IGNACIO ELLACURÍA




Con nocturnidad, alevosía y sin piedad. Así asesinaron los militares del Ejército de El Salvador al filo de la madrugada del 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) a seis jesuitas y dos mujeres salvadoreñas. Entraron en la residencia disparando y el primer tiró fue a dar al corazón de monseñor Romero en una fotografía suya que colgaba de la pared. Diez años después de su asesinato, sabían que seguía vivo en la memoria del pueblo salvadoreño y querían matarlo de nuevo. Luego sacaron a los jesuitas al patio, les obligaron a tumbarse boca abajo y les dispararon a la cabeza.
Quiero recordar sus nombres para que queden fijados en la memoria colectiva como ejemplo vivo de compromiso ético y de fidelidad evangélica: Joaquín López, 70 años, salvadoreño, fundador de la UCA a mediados de los sesenta y director de de la obra latinoamericana de promoción social “Fe y Alegría”; Segundo Montes, burgalés, 56 años, director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA; Juan Ramón Moreno, español, de la misma edad, subdirector del Centro Monseñor Romero; Amando López, español, 53 años, profesor de teología; Ignacio Martín Baró, 47 años, vallisoletano, vicerrector de grado de la UCA; Ignacio Ellacuría, 59 años, vasco, rector de la UCA, filósofo y teólogo. Eran lo más granado de la inteligencia salvadoreña y el referente del catolicismo liberador.


Con estas palabras, del teólogo J.J Tamayo quiero hacer mi pobre contribución al indispensable homenaje a Ignacio Ellacuría, filósofo y teólogo de la liberación. A aquel que puso todo su saber cordial a disposición de los más pobres y necesitados. A aquel que siguiendo la estela de otros tantos han dado su vida no por creer que otro mundo es posible... sino por haber empezado hacer realidad su esperanza.

¿EL TIEMPO...?

SI NADIE ME LO PREGUNTA, LO SÉ; PERO SI QUIERO EXPLICÁRSELO AL QUE ME LO PREGUNTA, NO LO SÉ. Confesiones XI,14,17