2 de enero de 2011

AMANECE, AMANEZCO. Jorge Guillén.


No se me ocurre otra manera de desear a todos un buen año. El año que está amaneciendo viene repleto de oportunidades. ¡Amemos la luz que está ya entre nosotros! ¡Todo lo puede el rayo de la aurora!

Es la luz, aquí está: me arrulla un ruido.

Y me figuro el todavía pardo

Florecer del blancor. Un fondo aguardo

Con tanta realidad como le pido.


Luz, luz. El resplandor es un latido.

Y se me desvanece con el tardo

Resto de oscuridad mi angustia: fardo

Nocturno entre sus sombras bien hundido.


Aun sin el sol que desde aquí presiento,

La almohada -tan tierna bajo el alba

No vista- con la calle colabora.


Heme ya libre de ensimismamiento

Mundo en resurrección es quien me salva.

Todo lo inventa el rayo de la aurora.

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¿EL TIEMPO...?

SI NADIE ME LO PREGUNTA, LO SÉ; PERO SI QUIERO EXPLICÁRSELO AL QUE ME LO PREGUNTA, NO LO SÉ. Confesiones XI,14,17