10 de abril de 2008

PENSADORES HISPANOS I: SÉNECA


El ardor patrio ha secuestrado mi alma y me ha arrastrado a llevar a cabo la tarea de presentar durante algún tiempo a aquellos filósofos, que al parecer y por lo menos han nacido en nuestra entrañable tierra hispana.
Empezaremos por el principio. Érase una vez una península a la que los romanos llamaban Hispania. Allí nació Lucio Anneo Séneca. Durante 61 años dejaran vivir a nuestro Lucio, el cual nació en Córdoba 4 años después de Cristo. Siempre se le ha incluido - aunque con ciertas reservas - dentro del movimiento estoico (Stoa nueva) junto con personajes como Epicteto y Marco Aurelio. Muy joven este zeñorito cordobés fue llevado por su padre a Roma y allí es donde recibió toda su educación y allí también es donde ejerció más adelante - ¡oh dolor! - de educador del mismísimo Nerón al que le enseñó nociones de moralidad. Curiosamente, cuando Nerón tomó el poder, procedió como procede todo político que se precie, exterminar de su entorno a la moralidad y también al moralista. Nerón, pues, invitó a Séneca a ejecutar su propio suicidio. Y como los estoicos tenían la especialidad en suicidios decorosos, este fue llevado a cabo con la más pulcra de las serenidades.
Para Séneca, que sobre todo era moralista, la filosofía no es más que un camino hacia la sabiduría y por lo tanto no es una ciencia de especialistas, sino más bien un ejercicio válido para todos los hombres. La sabiduría es la felicidad que se identifican a través de conseguir el Sumo Bien que no es otro que la indiferencia ante los bienes de esta vida que son efímeros y mezquinos. Ni exaltación ni depresión ante los reveses de la vida. Para conseguir esta indiferencia hay que ejercitar la virtud de conducirnos siempre conforme a la Naturaleza y a la razón, hasta llegar a un estado de total conformidad con ella. La conducta particular del hombre se ajusta así al orden general del Mundo. Este sería el auténtico sabio...(¡que me lo expliquen!).
Así pues el primer pensador hispano del que tenemos constancia resulta ser un estoico...qué bien hace las cosas la NATURALEZA, ya sabía lo que teníamos que sufrir por españolitos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni la exaltación ni la depresión ante los reveses de la vida. Y mucho más: "Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas....hemos nacido para colaborar...Obrar pues, como adversarios unos de otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa." Estas buenas palabras de Marco Aurelio me llevan a condensar los pensamientos que me generan tus últimas entradas. Que bueno sería que mindangos variados y jerarcas de la Iglesia siguiesen un curso acelerado de Estoicismo. Con un poco de suerte todos ganaríamos. Por supuestos estas mis palabras no deben entenderse como indignación o repulsa hacia ellos. ¿O si?, como diría nuestro ínclito D. Mariano.

EL CRONOLATRA dijo...

Espero mestre, que nuestra repulsa tengan como objeto aquello que dicen, no aquello que son... si esto fuera posible ¿O no?.

Anónimo dijo...

Ya nos dijo Levinas que el odio es un sentimiento paradógico, irracional y sin solución. El que odia desea que el ser odiado no permanezca en el ser, pero al mismo tiempo busca que sea consciente de esta anulación. Claro que si se anula al otro, el otro no será consciente de su anulación, y si es consciente es que no ha sido anulado. Estamos por tanto ante una situación imposible. Obrar como adversarios no es, por tanto, algo contrario a la naturaleza (¿qué es la naturaleza cuando hablamos del hombre?), es más bien una tendencia imposible, ilógica, una paradoja.

EL CRONOLATRA dijo...

Das de nuevo, amigo observador, en el clavo. Uno de los conceptos más difíciles de asumir del pensamiento estoico es su concepto de naturaleza, sobre todo su concepción universal de la naturaleza humana.

¿EL TIEMPO...?

SI NADIE ME LO PREGUNTA, LO SÉ; PERO SI QUIERO EXPLICÁRSELO AL QUE ME LO PREGUNTA, NO LO SÉ. Confesiones XI,14,17